Introducción
Consideramos que la arquitectura esta conformada por tramas
superpuestas de relaciones y sustancias complejas entre materias, componentes,
medios y campos muy diversos. Cada una de estas nociones, internamente,
despliegan otras series especificas de relaciones constituidas por múltiples
elementos que tienen que responder a una gran complejidad de requerimientos como,
habitabilidad, secuencia funcional, morfología, resolución programática,
solución técnica, economía constructiva, orientación, utilización de la luz y
distribución espacial con sus distintos componentes: escala, proporción,
distancia, dimensión, peso, materia, textura, sonido, ritmos y color. Además
podemos pensar que esta red de relaciones forma parte de un sistema abierto
conformado por multiplicidades de variables que en muchos casos exceden el
orden disciplinar provocando cambios relevantes en el contexto físico, social,
político y cultural.
La posibilidad de los cambios y la capacidad de los mismos está
dado por la consistencia de las operaciones realizadas en el tiempo de
producción, siendo de fundamental importancia comprender que la relación entre
los componentes, las formas en que interactúan, las conexiones con el contexto,
la disposición y organización material dependientes de los distintos
requerimientos, y la relevancia de las tramas, genealogías y sistemas que
interactúan entre los diferentes estratos, son los que conforman el proyecto.
Por lo cual presumimos que el espacio que ocupa la relación es un lugar de
privilegio, de transformación y diferenciación, creador de inteligencia y de su
propia posibilidad, es un intervalo de conexión, una interfase productiva en
potencia, ya que proporciona cualidad especifica al proyecto.
Una interfase productiva es el medio que permite que una producción
se supere a si misma e invente mecanismos de actualización para resolver
problemáticas cada vez se presenten. La interfase productiva se sitúa entre dos
lógicas dinámicas dentro de un espacio temporal fluido donde trascurren los
hechos, disponiéndose en relación informaciones abstractas y concretas.
Las diferencias de grado son el grado mas bajo de la
Diferencia; las diferencias de naturaleza son la naturaleza más elevada de la
Diferencia[1], las interfases son una anomalía entre las diferencias, son el
reconocimiento de una potencia extraña entre las diferencias, ya que permiten
declaraciones de singularidades en función de procesos virtuales de
divergencia.
Generalidades
El espacio urbano presenta tramas y vínculos complejos entre sus
habitantes, conformados por negociaciones, especulaciones e intercambios
explícitos a través de normas y documentos, leyes, planificaciones y
regulaciones que operan en forma simultánea, paralela, complementaria o
encontrada; con usos, costumbres, apropiaciones, organizaciones espontáneas y
múltiples demandas. Según la capacidad de adaptación, flexibilidad, negociación
de estas organizaciones y de la necesidad de vínculo surgen distintos grados de
conflicto. Estos encuentros son parte fundamental en el desarrollo de una
ciudad, son producto de una imaginación social y potencia en su mecánica la
particularidad de la misma. También surgen en este continuo intercambio,
necesidades individuales, comunes y colectivas, incompatibilidades momentáneas
o permanentes que devienen en incapacidad de integración o convivencia,
produciendo conflictos improductivos de injusticia social, enquistados en las
formas presentes a través de crecientes procesos de exclusión y gentrificación,
producto del predominio de políticas que priorizaron la privatización del
espacio público, el control de la propiedad del suelo y el dominio de sus
precios siempre en alza en función de un negocio de especulación inmobiliaria,
generando dificultades, tanto de las políticas públicas urbanas y de vivienda
social, como de los procesos de ocupación del suelo, de la autoconstrucción de
viviendas, del trabajo en la calle, la informalidad y la producción por parte
de los sectores más pobres de la sociedad.
Consideramos que en las ciudades contemporáneas se advierten
diferentes contextos de fragmentación social, déficit habitacional, deterioro medioambiental e
infraestructura urbana extemporánea y que son el principal problema sobre los
cuales la actividad académica, la práctica de la arquitectura y el urbanismo se
ven en la necesidad de operar, trabajando sobre la posibilidad de realizar
estrategias materiales urbanas tendientes a generar nuevas relaciones
espaciales y sociales entre las diferentes lógicas de crecimiento y
consolidación de estos contextos maximizando y derivando sus cualidades.
La ciudades en Latinoamérica se encuentran en estado de expansión,
dispersión y concentración, tendiendo a la densificación de fragmentos aislados
en todo el territorio, conformando áreas complejas e identificables, separadas
y conectadas, a veces con límites precisos
en zonas determinadas; avenidas, autopistas, ríos, murallas y vacíos, producto de la disminución de la
densidad de construcción y de la carencia de infraestructura urbana, conforman
líneas duras de corte espacial, cultural, social, económico y político, siendo
la periferia y los intersticios espacios fluctuantes, tejidos dispersos donde
los usos se mezclan y donde se especula con el límite físico de la ciudad.
El continuo crecimiento de estos territorios hacia dentro y hacia
fuera, a veces concéntricos, otras aleatorios y particularmente lineales,
tienden a producir interfases improductivas engendrando conflictos e
incompatibilidades producto de la falta de proyectos arquitectónicos de
integración urbana y justicia espacial, que intencionadamente juegan a favor un
sector de la sociedad cooptado por una ética neoliberal de un intenso
individualismo posesivo y su correspondiente retirada política de las formas de
acción colectiva convirtiéndose en el modelo de la sociabilización humana
actual, y así evitando cualquier opción de homogenización de derechos urbanos.[2]
La fuerza de crecimiento es visible y es fruto de una demanda
general de nuevos derechos no satisfechos por las estructuras de poder
previstas por la ciudad capitalista. Campos con desidia por parte de los
poderes económicos establecidos tienden a consolidarse en algunos casos
pronunciando las diferencias sociales sobre todas las cosas de manera notable.
Dentro de las ciudades, como remolinos surgen arquitecturas o formas de hacer
ciudad no previstas por el sistema, lo cual plantea un problema de
incompatibilidad entre infraestructuras insuficientes, profesionales
desinteresados y prejuicios sociales existentes frente a nuevos actores
sociales que demandan ser integrados por el sistema.
La materia actual se presenta con
patrones de organización similares, aunque con cualidades espaciales y
materiales muy diferentes, que delimitan desigualdades sociales, distritos
políticos y económicos; constituyendo cada intersticio, cada interfase un
espacio capaz de ser consolidado por materias muy diversas, como políticas y
acciones colectivas aun insuficientes.
Las integraciones de intereses de sociedades heterogéneas dependen,
en muchos casos, del estudio de las necesidades y los comportamientos de todos
los actores componentes, y de la derivación conjunta de esa red de vínculos.
Sin una absorción real de demandas, sin una construcción de un sujeto
colectivo, no podemos pensar la integración de las articulaciones a establecer.
Según Ernesto Laclau si una demanda no tiene respuesta, pero además se advierte
que hay otras demandas que tampoco tienen respuestas, nos encontramos ante una
cadena de equivalencias, una especie de situación pre-populista. Todas las demandas
se expresan frente al poder, por lo tanto deberían cristalizarse alrededor de
ciertos símbolos que las unifique y las interpele como totalidad.[3]
Pensar la ciudad es atender la integración de demandas aisladas a
través de procesos de articulación del espacio, el lugar y la geografía.[4] Pensar
la ciudad es un modo de construir lo político. Entender las ideas de los
hombres y las acciones en que estos participan es fundamental para la
construcción de lo urbano, ya que la distinción entre un movimiento y su ideología
es irrelevante, lo que importa es la determinación de las secuencias
discursivas a través de las cuales un movimiento o una fuerza social lleva a
cabo su acción política urbana.[5]
2.
Especificidades
Llamamos Interfase Productiva al
intervalo entre dos fases sucesivas, esta es fructífera y permite que la
producción se supere a sí misma, siendo creativa en la medida que invente
mecanismos de actualización para resolver problemáticas cada vez que se
presenten. La Interfase Productiva se sitúa siempre entre dos lógicas dinámicas
dentro de un espacio temporal fluido donde transcurren los hechos, se disponen
en relación diferentes informaciones, abstractas y concretas.[6]
Para que una producción evolucione, se
desarrolle, es necesario someterla a algún tipo de operación, a una capacidad
de operar en la cual se transforme en sucesivas capas cada vez más consistentes
que contengan relaciones simples y complejas entre los elementos dispuestos.
Podemos distinguir en este punto operaciones que serán cohesivas y darán
consistencia a la producción y otras dispersivas que tenderán a quitarle
consistencia.[7]
El conocimiento disciplinar
específico, traído en el momento de trabajo como información a considerar, es
una herramienta de distinción no menos relevante que otras incumbencias pero de
diferente naturaleza. Si ese mismo conocimiento es puesto a priori como un
saber antes que la cosa, esa posible herramienta se transforma en dispersiva y
anula toda posibilidad de desarrollo del proceso transformándolo en convergente,
y es dificultoso que se supere.[8]
La Interfase Productiva refiere al
periodo comprendido entre estados aparentemente fijos o inmóviles, la cual
asegura la continuidad de información entre elementos de fases diferentes,
permitiendo articulaciones e integraciones entre componentes de un medio fluido
heterogéneo.
3.
Territorialidades
La determinación del área de trabajo
tiene la intensión de poner en evidencia la Interfase Productiva en umbrales de
transición más extensos, muchas veces olvidados y en estado de abandono, a
través del desarrollo de proyectos materiales concretos que impliquen cambios
sociales, económicos, culturales, estructurales y espaciales. A diferencia de
los barrios populares o de las “clásicas” villas de emergencia metropolitanas
donde el límite de las diferencias con la ciudad formal y consolidada es
abrupto y conciso; a lo largo de las arterias de conexión con la ciudad,
originalmente consolidadas por las redes ferroviarias, en este caso la conexión
centro-sur Ex Avenida Pavón y Ferrocarril General Roca (FCGR) se puede percibir
distintos tipos de variaciones de la topografía, referidos a problemas de
densidad y cualidad urbanas, insuficiencias de infraestructuras y servicios,
capacidades económicas y productivas desiguales, entre otras carencias como
falta de planificación y presencia estatal, las cuales disminuyen y aumentan
gradualmente en forma de rulos, tanto en la dirección principal de la
organización producto de la red ferroviaria y las principales arterias de
conexión con la ciudad como en sus transversales locales de conexión entre
zonas céntricas y consolidadas con barrios informales periféricos.
La Interfase Productiva se refiere a
una o varias secciones territoriales especificas como consecuencias de cadenas
de demandas sociales insatisfechas inscriptas en las organizaciones materiales
que la conforman; a la posibilidad operatoria creativa dentro de los sistemas
de producción formales y espontáneos locales, y a la relación de estas con las
metodologías proyectuales propuestas.
Entendemos que el aporte original
planteado por el trabajo está dado por el abordaje de las problemáticas de
inclusión urbana de los sectores marginados por la ciudad contemporánea
capitalista, proponiendo a partir del concepto de Interfase Productiva la necesidad
de crear condiciones materiales que permitan el acceso a la ciudad en igualdad
de condiciones.
4. Objetivos
Es objeto genérico del trabajo de este
cuatrimestre detectar situaciones urbanas especificas reconocibles como parte
de un sistema potencialmente productivo que permita mayor grado de integración
e inclusión de todos los actores sociales que lo constituyen a través de
desarrollar lógicas materiales consistentes y concretas, teniendo especial
interés la relación entre público y privado como factor determinante de las
articulaciones a establecer entre los agenciamientos colectivos y los
diferentes elementos intervinientes.
Se trata de establecer diferentes
tipos de agenciamientos, multiplicidades que permitan comprender, relacionar,
mezclar y actualizar lógicas de producción convencionales, nuevas y espontáneas
en función de demandas concretas, modos y formas de vida en centros urbanos
contemporáneos desarrollados.
Se investigaran los problemas y las
relaciones que existen entre la planificación formal de la ciudad, y las
organizaciones informales y espontáneas, entendidas como demandas no
satisfechas por las estructuras formales precedentes, que constituyen la misma
utilizando el espacio público y privado como centro de su accionar, para
trabajar, luego, en la integración de los diferentes estratos que la
establezcan.
El trabajo se especializara en, y
entre los sistemas y su exterior. Se tratara de entender, detallar y producir:
como están compuestos estos sistemas, que elementos tienen, como son sus
periferias, sus puntos de contacto, sus extremidades, sus puntos de inflexión,
que mecanismos engendran y cuáles son sus multiplicidades dentro de las
interfases pertinentes en que se desarrollen.
Dado que la construcción y la
evolución de la ciudad, en este caso la Línea metropolitana de conexión
Centro-Sur Ex Avenida Pavón y Ferrocarril General Roca – Conexión Plaza Constitución – Avellaneda – Lanús –
Lomas de Zamora – Adrogué – Glew – San Vicente, se producen desde el sutil y
violento intercambio de intereses y necesidades de todos sus actores, que la
ciudad es una compleja red de regulaciones, modos, usos y costumbres, en donde
conviven, en distinto grado de conflicto, la planificación publica, los interés
comerciales privados y las organizaciones de hecho, y que en muchos centros
urbanos la hiperdensidad de uso del espacio público y privado provocan
conflictos culturales, sociales, económicos y políticos, es objeto de este
trabajo, también, estudiar estructuras
evolutivas planificadas, informales y locales, como diferentes asentamientos
humanos, espacios bacantes, infraestructuras obsoletas, estructuras
potencialmente disponibles, desarrollos y proyectos económicos privados y
públicos que se caractericen como Interfase Productiva, para explotar la utilidad
específica de las mecánicas encontradas en relación a una nueva planificación
formal distributiva que permita una regulación equivalente entre lógicas de
hecho y derecho, en función de un nuevo sistema de relaciones que evite los
procesos de gentrificación y exclusión social generados por la ciudad
capitalista.
5. Hipótesis
Del planteo de las inquietudes y
posicionamientos anteriores se desprenden las siguientes hipótesis de este
trabajo:
Que a través de cierta distribución,
intensificación, densificación, cualificación y complejización de intersticios
y fisuras encontrados, y reconocidos en el campo de trabajo como Interfases
Productivas es posible constituir hegemonías
en virtud de cualidades materiales y espaciales para una sociedad que demanda
por un lado; acceso a ciertos bienes y servicios, y por otro; intenta aislarse
en pos de su propio beneficio generando exclusión y desigualdad urbana; siendo esta diferencia visible en múltiples
escalas de manera simultánea; a nivel de la ciudad, entre la ciudad y sus
periferias; a nivel de los barrios, entre barrios consolidados y barrios nuevos
precarios e informales; a nivel de las cuadras y manzanas que constituyen la
trama de los barrios, entre construcciones nuevas y construcciones en estado de
abandono o precarias; y a nivel de los elementos e infraestructuras disponibles
para cada uno de los casos.
Que la materia dispuesta lleva
inscripta en su organización los modos y costumbres de una cultura y que ahí
reside su capacidad de actuación y su potencia.
Que todas las sociedades producen su
espacio, y por lo tanto la diferencia estaría en el cómo las formas en que cada
sociedad a través del tiempo ha producido su propio espacio asumiendo que cada
sociedad se caracteriza y se define por su modo de producción.
Que el trabajo en escalas simultaneas
permite generar algún tipo de regulación entre las escalas y el encuentro con
las informaciones implicadas, teniendo en cuenta que en todos los modos de
organización material existen todas las escalas funcionando sincrónicamente,
tanto en una red como en un corpúsculo podríamos indicar micros y macros
organizaciones, para lo cual
intentaremos diseccionar progresivamente la relación del trabajo entre las
escalas y los mecanismos, esto nos permitirá una mayor regulación y
entendimiento de la Interfase Productiva como modo de operar.
Que los fenómenos de exclusión y
segregación que actualmente afectan a la ciudad y a sus habitantes hallarán una
posible vía de reversión a partir de la emergencia de diversas instancias de
integración urbana tendientes a incrementar las redes de comunicación y
transporte para mejorar el acceso y el derecho a la ciudad de todos los
habitantes.
[3] Laclau, Ernesto (2011.2005),
La razón Populista, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
[5] Laclau, Ernesto (2011.2005),
La razón Populista, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
[6] Integraciones Heterogéneas. Investigación proyectual en áreas
centrales superpobladas de la ciudad, sobre la relación entre planificación
formal y organizaciones espontáneas informales, para compatibilizar lógicas
heterogéneas en integración y convivencia. Roberto Bogani, Sergio Forster y
Gastón Gallardo. 2006 - 2008.
http://cargocollective.com/integracionesheterogeneas
[7] Integraciones Heterogéneas.
[8] Integraciones Heterogéneas. Investigación proyectual en áreas
centrales superpobladas de la ciudad, sobre la relación entre planificación
formal y organizaciones espontáneas informales, para compatibilizar lógicas
heterogéneas en integración y convivencia. Roberto Bogani, Sergio Forster y
Gastón Gallardo. 2006 - 2008.
http://cargocollective.com/integracionesheterogeneas